Muñeca de Tela Hecha a Mano Señorita «Gabriela»
22/05/2021Muñeca de Tela Hecha a Mano Señorita «Gabriela»
22/05/2021Muñeca "Sharito", así comenzó todo
Las manualidades siempre han sido lo mio pero no terminé de darme cuenta sino hasta hace casi 2 años.
Trabajando junto con mi esposo en nuestra oficina (ahora oficina-taller) todo el día en el Internet, me encontré con fotos de curiosas muñecas que me dejaron boquiabierta, eran muñecas de tela pero con más detalles y belleza que cualquier muñeca de plástico.
Recuerdo que me pasé días buscando más y más al respecto, viendo modelos terminados, vestuarios, cajas, tipos... algunas movían brazos y piernas como si fueran cualquier muñeca, algunas otras movían incluso la cabeza y otras imposible de existir, movían hasta cada uno de los dedos de la mano.
Decidí que si esas muñecas existían y habían sido creadas desde la tela, yo también podría hacerlas, así que sin más demora un día fui a comprar todo lo que necesitaba, metros de tela que más o menos tenían color piel y grosor adecuado, hilos, dedales, tijeras... en casa tenía muchas más telas que esperaban para usarse, casi podía ver los vestidos en que se iban a convertir.
Nunca tomé cursos de costura o de corte y confección, así que los patrones, medidas, puntos y todo eso me eran ajenos de la "forma oficial" por así decirlo, pero luego de recortar algunos moldes, sabía exactamente qué hacer, cómo coser, como unir las piezas, como deberían verse los vestidos. Aprendí a coser el cabello, a hacer los esqueletos de las muñecas, a pintar los rostros al ver los trabajos acabados.
Al cabo de una semana de arduo trabajo y obsesión, mi primera muñeca estaba lista, aún desnuda pero lista, sentada en frente de mi escritorio la contemplé y el resultado me gustó mucho, pensé en que estaba sintiendo frio y le hice una bata apeluchada y pantuflas, le tomé algunas fotos y estuvo ahí por varios días. Se me ocurrió que podía venderlas, que a alguien le podría gustar ese tipo de muñecas como me gustaron a mi, viendo mi trabajo yo misma pensé que lo compraría si lo vería en algún lado, la muñeca movía los brazos, las piernas, tenía abundante cabello, sus finos pies necesitarían tacones.
Al cabo de un tiempo tuve 4 de ellas y asistí a mi primera feria, en la que me di cuenta que no era lo mio, a excepción de la tan concurrida feria navideña a la que aún sueño con asistir. Una noche mientras cenaba una hamburguesa deliciosa recibí una llamada de una señorita que me informaba que quería comprar una de las muñecas, sintiéndome en la gloria me apresté a prepararla. Cosí vestidos preciosos, hice zapatitos, botines y tacones que parecían hechos por un zapatero de profesión y luego de una semana, la envié a Lima, una caja enorme para una muñeca de poco más de 45 cm.
El resto de muñecas fueron obsequiadas, decidí que mejoraría la calidad y las pondría a la venta nuevamente.
Sharito se fue a vivir con la hija pequeña de una amiga en Cusco, actualmente hace la prueba de calidad permanentemente y me enorgullece decir que la muñeca está demostrando el tipo de calidad de todos mis trabajos.