Proyecto: Mario Bros
22/05/2021Casa de Muñecas «Habitación de Señorita»
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22/05/2021Casa de Muñecas en Miniatura - Rincón de Música
De pronto, comienzas a ver la vida en milímetros
El ir de tiendas es super divertido pero muchas veces la pereza me gana y no salimos a ningún lado, por quedarnos en casa, calientitos y cómodos. Pero aún queda una opción para los hogareños y es la de ir a de tiendas virtualmente, y esto no es desde la pandemia, ¡noooooo! esto viene de mucho antes, desde que mi esposo me contó de eBay.
Si en un mall hay pasadizos y tiendas por todo lado, en eBay hay decenas de categorías, miles o millones de artículos para comprar, todo depende de qué estés buscando. Entré por primera vez y perdida entre tantas categorías, no sabía a donde ir así que pensé "¿qué es lo que quisiera encontrar en las tiendas?", a los segundos tuve la respuesta, a mi me siguen gustando los juguetes, mejor si son antiguos porque quizás podría encontrar los que no logré conseguir en mi niñez, o quizás nuevos, quizás algunos que ni sabía que existían...
Poco a poco fui entendiendo como funcionaba eBay, a lo que sea que desees comprar le tienes que agregar el costo de envío y también el tiempo en que, a lomo de burro, viene caminando desde Hong Kong, la verdad no quiero ni imaginar como cruza el océano un animalito de esos. Otra cosa es lo que te sugiere viendo más o menos qué buscas, y aunque desconfío de las sugerencias de todos, hasta de los robots, una vez acertaron, me imagino que el sistema (si hablara) dijo algo como "ya que te gustan los juguetes... ¿has pensado en armarlos tú misma?, ¿has pensado en construirlos tú misma?" y ¡pum! me mostró la categoría DIY, o sea Do It Yourself, en español Hazlo tú mismo y claro que yo quiero hacerlo yo misma.
Y entré al mundo de lo DIY, lo primero que vi eran casitas en miniaturas, de diversos tipos, tamaños, temas y claro, precios. Ya que era algo nuevo y no entendía bien, cuan "desarmado" venía el artículo, quise probar con el segundo más barato. Esta vez elegí un artículo mucho más grande, ya no venía en lata, se veía una habitación con un escritorio y silla, un piano, una mesita de centro, era una pequeña sala de seguro muy difícil de ensamblar, así que sin dudarlo ni un momento más, le di clic en Comprar.
Al cabo de casi 3 meses, a lomo de burro, llegó la caja, mucho más grande de lo que había pensado. Al abrirla me di cuenta de que era realmente DIY, esta vez tampoco habían dos piezas que vinieran juntas, todo eran plaquitas, tornillos, alambres, pedazos de tela, y maderitas por todo lado, ni hablar de las sillas, camas, barandas, iba a ser un gran trabajo, un arduo trabajo, un trabajo de locos que moría por comenzarlo. Dejé de lado temporalmente a las muñecas que cosía y me metí a ese mundo en miniatura con manual de instrucciones en koreano, con ayuda de mi celular traduje muchas cosas, el resto era para seguir las figuras que ilustraban de qué iban las cosas, incluía un bello frasco de pegamento que aún lo uso, rellenándolo de cola blanca.
Aprendí lo útil que son las pinzas, la maravillosa cola blanca que pega casi cualquier cosa y lo que no lo pega, sin duda lo hace la silicona caliente y si ni eso sostiene, la silicona líquida super tóxica será quien me salve. Me acostumbré a las medidas en milímetros y entendí porqué el Corel habla en milímetros, también pude entender que el pegamento tiene su tiempo de secado, que el papel puede convertirse en tacitas, lámparas, en casi cualquier cosa. También aprendí que hay que saber de electrónica y que de eso no entiendo nada, así que sin más, a recurrir al padre de todo, a Odín o como en casa lo llamamos, Juancho.
Al cabo terminé la casita, que no era casita pero a todas mis miniaturas les digo casitas, mi hija emocionada me la pidió para jugar con ella y pensé que sí podía dársela. Poco a poco las piecitas se iban despegando, era obvio que algo así no podía ser un juguete, pegué lo despegado y lo puse en venta. Nuevamente me di cuenta que hacerlo para mí o para alguien de casa no tiene mucha gracia, me costó mucho tiempo y esfuerzo, a mí no me asombra ya, alguien más tiene que tenerlo para asombrarse cada vez que lo vea, para pensar en cómo lo habrá hecho, para verlo de cerca con la boca abierta, para presumirlo.